El pueblo de Río Grande amaneció este domingo tras vigilia por el 41 aniversario de la Guerra de Malvinas ya las 10 de la mañana los habitantes estaban nuevamente frente al monumento caído en la orilla de la ciudad del sur.

Por eso hubo un homenaje y un desfile “en memoria” de los caídos en la guerra y en honor a sus excombatientes presentes, a quienes reconocieron predicando que “nada grande se construye de rodillas”.

La vigilia es una tradición iniciada por un grupo de excombatientes en 1995 y desde entonces se han sumado todos los vecinos de Río Grande.

En marzo de 2013, la ciudad fue declarada “Capital Nacional de la Vigilia de Malvinas” por la Ley 26.846 del Congreso.

“Somos los más cercanos a las islas. No hay mayor honor que luchar por la patria, el sacrificio de los héroes que lo dieron todo demostraron que nada grande se hace de rodillas”. Este es el ejemplo que los veteranos con carpa digna dan a los niños de esta ciudad”, dijo el alcalde de Río Grande, Martín Pérez, durante su discurso en el acto del 2 de abril.

Y lo entregó los excombatientes inspiran a los habitantes de Rio Grande do Sul a “seguir pensando en grande y perjudicando a las generaciones futuras”.

También se pronunció el vicepresidente del Centro de Excombatientes del Río Grande, Alberto Ante, quien dijo a los fueguinos que había heridas de la guerra que “no se pueden curar” y que enfrentaron “otra guerra, la de la desmalvinización” cuando regresó al continente.

“Estamos empezando a sentir que le hemos dado la vuelta al problema, se está empezando a malvinizar y les agradecemos mucho por eso”, agregó. dijo a los presentes.

En el evento también estuvieron presentes veteranos de Río Grande, miembros del Batallón de Infantería de Marina Número 5 (BIM5), estudiantes de todas las edades y el centro de mayores de la ciudad.

Todas las organizaciones estudiantiles, sociales, militares y de veteranos llevaron consigo su bandera ceremonial.

Rosa Benítez, Margarita Pacheco y Zulma Bustos portaron esta bandera en representación de la Dirección del Adulto Mayor del Municipio de Río Grande.

Pacheco, miembro de la dirección de la tercera edad de Río Grande y escolta de la bandera ceremonial durante el acto, expresó que toman la causa de Malvinas “como parte de su tarea” y recordó el miedo que sintió en 1982 durante la guerra. .

“Aquí pasé dos guerras, una en Chile y otra en Malvinas”, dijo en primera instancia, refiriéndose al conflicto por el Canal Beagle.. Mis hijos eran pequeños y se escondían debajo de la cama porque tenían miedo cuando sonó la sirena”, recordó Pacheco en su testimonio a Télam con lágrimas en los ojos.

Es la misma sirena que suena todos los años en la ciudad el 2 de abril a las 00:00 horas en memoria de sus héroes.

Pacheco recordó con la voz entrecortada que durante la guerra “hizo una cueva en el fondo de su terraza y la llenó de comida” sin decírselo a nadie de la familia, pero al día siguiente cuando se levantó, “… bajó debido a la lluvia.”

Para Bustos, la causa de Malvinas está muy cerca de su corazón y de todos los riograndes: su yerno luchó en las islas y cuando volvió del conflicto se quedó en la ciudad sureña.

“Para mí Malvína lo es todo, los argentinos necesitamos vivir de adentro hacia afuera, sentir la causa por dentro y expresarla”.declaró, ataviada con largos aretes y sonriendo de oreja a oreja en la fría mañana.

En el acto se pidió un minuto de silencio por los caídos, mientras veteranos de guerra, dirigentes de Rio Grande do Sul y miembros del BIM5 depositaron ofrendas florales frente a la placa, donde se aprecia la silueta de un soldado argentino con una bandera. sostenido arriba. sierra.

Durante el acto, los veteranos plantearon la necesidad de “soltar” el Tratado de Madrid, como se denomina al conjunto de declaraciones realizadas entre Argentina y Reino Unido entre 1989 y 1990 en la capital española, hecho que determinaría el cese de hostilidades. entre los dos bandos después de la guerra de 1982.

Una vez finalizado el acto, los ciudadanos de Río Grande marcharon por la Avenida Héroes de Malvinas con los excombatientes a la cabeza.

Los veteranos marcharon erguidos y orgullosos, de la mano de sus hijos, nietos y parejas. Avanzaron y fueron aplaudidos y vitoreados por sus vecinos y amigos.

Tras ellos pasaban organizaciones sociales, culturales, educativas, de salud y prácticamente toda la ciudad, recordando con orgullo a los caídos y honrando a sus héroes.

Hola, me llamo Martina Mercier y soy una escritora independiente de 28 años. Me crié en una pequeña ciudad rural en el sur de los Estados Unidos, donde crecí rodeada de los paisajes campestres. Desde una edad temprana, sentí una profunda pasión por la escritura. Me encanta contar historias, explorar el poder de las palabras y descubrir nuevos mundos.

Mi escritura se ha publicado en varias revistas locales y sitios web. Me siento particularmente orgullosa de mi último trabajo, una novela sobre los desafíos de la vida moderna. Actualmente, estoy trabajando en mi próxima obra literaria.
Martina Mercier

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