Aunque se esperaba que el veredicto del juez a cargo del caso, Daniel Rafecas, fuera anunciado este martes, se anunció que el veredicto se conocerá el viernes a partir de las 14:30 horas, luego de que dio la oportunidad de responder a las partes y La corte. Últimas palabras de los acusados.
En la reunión del martes la defensa intentó desacreditar el testimonio de once testigos que informaron sobre las acciones de Balbuen como infiltrado en la agencia de Walsh y la información que surgió de archivos e informes sobre su extensa carrera policial.
Los abogados defensores trataron de confiar en él. “No se han encontrado órdenes escritas de los superiores de Balbueno para realizar espionaje ilegal”, pero desde la denuncia señalaron a esta agencia la nulidad de este argumento si se toman en cuenta “miles de casos de delitos policiales juzgados y condenados en las últimas décadas en los que aparentemente no hubo órdenes de arresto ilegales firmadas”.
Balbuena fue un activo periodista en la popular agencia “Rodolfo Walsh” de 2002 a 2013, momento en el que se descubrió que también era miembro del llamado Cuerpo de Investigaciones de la Policía Federal.
“Es un caso paradigmático, hablan de los servicios como autónomos, pero este caso demuestra que no lo son, hay agencias de inteligencia organizadas que hacen espionaje político y eso es lo único que hacen en la Federación”.dijo a Télam la diputada nacional del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT-U) y querellante en el caso Myriam Bregman antes del inicio de la audiencia a cargo de Rafecas el 14
En la agencia, el espía se encargaba de entrevistar a miembros de organizaciones sociales como la Asociación de Familiares de Ex Detenidos Desaparecidos, partidos políticos -PTS- y organizaciones estudiantiles como la Federación de la Universidad de Buenos Aires (FUBA).
En el banquillo están Balbuena y sus exjefes de la policía federal, Alejandro Sánchez y Adolfo Ustares. El trío está acusado de presuntamente “violar los deberes de un funcionario público”.
Balbuena se infiltró en una agencia de noticias, un trabajo que era incompatible con su función policial bajo la Ley de Inteligencia.
La semana pasada se pronunciaron los cargos contra la acusación de Carlos Stornelli y Ariel Quety y la denuncia de los abogados Matías Aufieri, Liliana Mazea y Carlos Platkowski.
“Es indignante afirmar que un agente del Estado, de las fuerzas de seguridad, pueda realizar una pasantía en una agencia periodística, a través de la cual se dedicó, como dijeron todos los testigos, a cuestionamientos sobre las formas de organización o medidas de seguridad que tomaron. . Fue un extenso trabajo de inteligencia.“Le dijeron a esta agencia a partir de una denuncia.
Durante la investigación, el policía aseguró que ejercía el periodismo como una forma de “prácticas no remuneradas” y señaló que “a ninguna de las personas que entrevistó le pasó nada.
“Cuando dije que mi trabajo como periodista era un pasatiempo, lo dije como una pasantía no remunerada, para tener en mi currículum para poder practicar después de jubilarme. No lastimé a nadie, ninguna de las personas (que hicieron la entrevista ) herirse“, afirmó el policía, quien nunca reveló esta información a sus colegas de la agencia de inteligencia.
Según explicó el exdirector de la agencia Walsh, Rodolfo Grinberg, empezó a sospechar de la policía cuando la periodista Miriam Lewin -ahora defensora pública- le informó que Balbuena era miembro de la fuerza de seguridad.
“No podía creerlo porque para mí él era mi amigo. Toda la familia lo considera un amigo, lo invito a mi casa y lo confronto y su respuesta no fue positiva, pero la expresión de su rostro me demostró que era cierto que se había infiltrado usando su inteligencia”., recordó Grinberg durante su presentación en el Salón A de la corte. La Agencia Walsh se disolvió dos años después del descubrimiento de Balbuena.