Asimismo, sus exjefes de la policía federal, Alejandro Sánchez y Adolfo Ustares, también fueron condenados a dos años de prisión con suspensión de la pena e inhabilitación especial para realizar actividades por el doble de tiempo. Los tres fueron imputados como autores del delito de incumplimiento del deber de funcionario público.
El veredicto que dictó el juez a cargo de la causa, Daniel Rafecas, fue dado a conocer este viernes en la Sala B de la planta baja de los Juzgados de Comodoro Py.donde también se fijó el 5 de abril como fecha de reunión para la difusión de documentos.
“Es un caso paradigmático, hablan de los servicios como autónomos, pero este caso demuestra que no lo son, que hay agencias de inteligencia organizadas que se dedican al espionaje político y eso es lo único que hacen en el gobierno federal. “Miriam Bregmann
Los querellantes actuantes fueron Carlos Stornelli y Ariel Quety, y los representantes nacionales por el Frente de Izquierda fueron Myriam Bregman, Matías Aufieri, Liliana Mazea y Carlos Platkowski por parte de la querella.
Balbuena fue un activo periodista en la popular agencia “Rodolfo Walsh”, de 2002 a 2013luego se supo que también era miembro del llamado Cuerpo de Investigaciones de la Policía Federal.
“Es un caso paradigmático, hablan de los servicios como autónomos, pero este caso demuestra que no lo son, que hay agencias de inteligencia organizadas que se dedican al espionaje político y eso es lo único que hacen en el gobierno federal, ” agregó . dijo en las declaraciones de Télam a Bregman el día que se abrió el juicio.
En la agencia, el espía se encargaba de entrevistar a miembros de organizaciones sociales como la Asociación de Familiares de Ex Detenidos Desaparecidos, partidos políticos -PTS- y organizaciones estudiantiles como la Federación de la Universidad de Buenos Aires (FUBA).
Balbuena se infiltró en una agencia de noticias, un trabajo incompatible con su función policial bajo la Ley de Inteligencia.
Durante más de una década, el acusado no podía mirar a la cara al exdirector de la agencia y a su amigo Rodolfo Grinberg cuando declaraba ante el juez. (Daniel) Rafecas y lo acusó de infiltrarse en los medios populares para usarlos como medio de “espiar a las organizaciones populares”.
“No lo podía creer porque era mi amigo. Toda la familia lo considera un amigo, lo invito a mi casa y lo confronto y su respuesta no fue positiva pero la mirada en su rostro me demostró que era cierto que él se había infiltrado y estaba haciendo el trabajo de su inteligencia”, recordó Grinberg durante su presentación en la Sala A de la corte.
Balbuena permaneció impasible con los ojos bajos. mientras que Grinberg le dijo al tribunal lo “vulnerable” que se sintió cuando se dio cuenta de que la persona que pensaba que era un amigo “era un oficial de policía”.
“Desde hace más de diez años se infiltra un policía haciéndose pasar por socio. Demuestra que la clandestinidad de la democracia aún existe, queremos que la gente aclare quiénes eran estas personas, éramos un medio para que él espiara a las organizaciones populares. Tratábamos de jugar del lado de la gente y teníamos un tipo que jugaba en contra”, condenó Grinberg en diálogo con Télam.
La agencia Walsh fue disuelta dos años después del descubrimiento de Balbuen, ya que sus miembros se fueron por temor a represalias de las fuerzas de seguridad por su trabajo periodístico.